Pilar

 

SER

Como esas personas que no deberían morir nunca.

Ser,

Una revolución, en esencia,

Un homenaje, en sustancia,

Una leyenda, en el recuerdo.

Crochet, punto de cruz, sutura.

El ojal, la doblez, la libertad.

El envés, el ganchillo, el KO.

Esas personas cuya ausencia es caer a la lona tras un puñetazo brutal;

La caída de un gigante,

La exposición de un sol defenestrado.

Una catedral derribada por las bombas,

Un pueblo arrasado por la explosión.

La lava de un volcán quemándolo todo,

La luz de tus ojos dándome la vida,

Posada en mis pupilas, vives,

Abuela:

Entronada, coronada, eterna,

Como una reina.

Incuestionable, irrefrenable, desencadenada,

Como la vida.

Irresistible, hermosa, dolorosa, imparable,

Como una virgen.

Majestuosa, catedralicia, inmarcesible, irreprimible,

Como una diosa.

Vives conmigo,

En un rincón reservado:

a la sombra entre la escápula y el esternón.

Vigilada con escarpelo y bisturí,

Medida con cartabón, trazada la bisectriz:

Bella, magnánima, una institución,

Soberana, hermosa, inspiración,

Musa, majestuosa, devoción.

Imagen inolvidable

De mi origen.

Trágico punto de partida,

De mi vida desnutrida,

Poesía desmedida, desde la cuna hasta la tumba.

Abuela, poesía, arte clásico, velazquiana, goyesca,

Inmensa.

En todas y cada una de tus formas te quiero.

Desde entonces, hasta ahora:

 

Y cuando pierda la vida, entonces, todavía,

Para siempre, como siempre, como si nada.

Tanto, tan en silencio, entre nosotros.

Cada día, como la vida, mientras tanto

En mi alma, en mi pecho, en mi sangre,

En mis huesos, en mis células, en mis átomos,

En mis colores, en mis sonidos, en mi ritmo,

A mi ritmo, mientras tanto:

Todavía, cada día y para siempre.