Hombre muerto sobre fondo gris
Boca marchita, nariz insaciable,
ojos limón, pelo roto, dientes de sable:
cuerpo desalmado, pronóstico reservado.
Frente a un escaparate, mirando,
no hay nada que ver, no hay nada que vea.
Cegado de espanto, pupilas de menta.
Grito horizontal ahogado,
en la tercera vértebra cervical;
agoniza con la tarde, otra tarde más,
otra tarde más agonizando,
otra tarde agonizando más.
Ella se fue.
Tacones afilados como puñales,
frente alta, coleta de espigas:
sembrando de luz,
el oscuro pasillo con su partida.
Ella se fue.
Corona de espinas.
Le dejó la instantánea de su espalda,
con pinzas negras,
tendida ante las retinas.
Y ahora le sobrevuelan buitres, y cuervos,
y sobre los hombros agujas de cristal febril,
que el sol llora desde el cielo.
Cada día, acuarela:
Hombre muerto, sobre fondo gris.
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