Grecia en llamas



La mítica península griega del Peloponeso está ardiendo. Sus verdes montañas, sus elevadas llanuras componen ahora crestas de fuego que gimen humo por sus costados. La isla de Eubea, al Este de Grecia, en el mar Egeo, está igualmente afectada por las llamas que incontrolables e indomables devoran los naturales parajes del territorio. La bella región montañosa de Arcadia permanece también en estado grave, melenas de humo ocupan el cielo de Grecia. Y mientras las víctimas aumentan, los políticos echan leña a la hoguera. El primer ministro griego que apoyó el hecho de que se consideraran estos hechos como actos terroristas ha sido acusado por Giorgos Papandreu del Movimiento Socialista Panhelénico PASOK, de estar engendrando el terror entre los ciudadanos que se ven impotentes ante el apoteósico incendio que asola Grecia. Y es que, los elegantes hombres de política, ambiciosos que rotundamente aspiran al poder y sus ojos no ven más que las posibilidades de alcanzarlo, no pueden dejar pasar oportunidad alguna para intentar alcanzar sus fines. Por trágica o dramática que sea la escena que se vive ahora en la Península del Peloponeso, los políticos no pueden evitar intentar aprovechar esta catástrofe para acercarse al poder, desacreditando a sus oponentes, aunque para ello haya que enterrar la verdad.


¿Y qué me dicen de los que provocan este tipo de incendios? Esos que con poca razón, y todavía menor condición, prenden fuego a la inocencia más inofensiva que existe, la pureza de los bosques; esa que nos da aire, libertad, vida...Poco hay escrito sobre los enfermos de piromanía, y lo peor es que todavía menos, han sido estudiados. Poco sociables, con una íntima relación con el fulgor de una llama, de personalidad solitaria, aman el fuego y el poder que les transmite. Algunos confiesan tener una erección cuando ven brotar la llama pura y majestuosa. Se quedan insomnes, paralizados; como prendidos del filo de una navaja, se quedan mirando el fuego que producen, con su reflejo ámbar manifiesto en las pupilas, y la baba brotando de la boca. Incapaces de contener los impulsos...el fuego tiene para ellos una consecuencia, como sería la droga para los drogadictos, o el tabaco para los fumadores. Pero hay pasiones peligrosas, y el fuego que crean acaba resultando poderoso e incontrolable para los profesionales, y similar a un acto terrorista, las víctimas encrudecen la acción, y el humo que rezuma el incendio, y el cielo vestido de negro. La hermosura griega, su mítica belleza, y sus portentosas melenas de montañas, pasto de la consecuencia, del placer de un loco. Tu alma, Grecia, renacerá de sus cenizas.

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