Aforismos desangelados a la memoria del olvido I

El cielo es un suelo boca abajo. El aire rumia tus cabellos; admito tu mirada, más mi latir es un sentir de mariposas que cobra muerte con tu ausencia. No admito la distancia. Ni recobro el aire que se pierde en mis suspiros, cuando te veo caminar con tanto estilo, cuando esquivas mi mirada, y me dejas atrás. Que poco corazón…

El sol brilla plasmando estrellas en la estela dorada de tu pelo en el aire. La luna cabalga golpeando con sus espuelas el lomo del cielo. Mañana es Febrero, el gélido invierno esculpirá nuestra pestañas a base de escarcha. Las arañas del olvido corromperán cada mañana. No quedará nadie para confesarte, cuanto te he querido…

Hoy, es un mal día para recibir aplausos. Mañana este puto dios dirá. Si me haces una felación, una mamada, que se yo…quizás consiga ser, más de lo que soy, quizás logre ser alguien. Hay un silencio en el aire, sin escrúpulos que destroza los rombos del desvarío. Esquematizo mi vida, con las cenizas de un porro, más luego dejo volar mi sonrisa a lo más profundo de tu coño. Perdí los huesos en Madrid un día, que por jugar a las damas, me quedé sin lengua.

Aspiro a bocanadas el veneno de esta mariposa. Su ausencia me destroza, la esperanza de que me quiera de que me odie, de llegar a ser alguien en su vida, es solo un vacío existencial que corrompe mi espacio superficial. Mañana empieza la guerra, y en este frente estamos desarmados, tiraremos las balas con las manos, fusilaremos con las palabras, mataremos con los versos, si a ti te maté con la mirada…porqué a ellos habría de tenerlos miedo.

No rendiré pleitesía jamás, a ningún bobo tonto con corona. Ni apoltronaré mi ruinosa esencia poética a los pies de un tonto baba desquiciante que no sabe lo que habla, porque habla lo que no sabe. No me busques, que me encuentras. Si me quieres avísame, estos días de hacer ridículo y mirar cobarde son solo un paréntesis hasta que me admitas en tu cama, y empiece a tener vida. Olvídame si te parezco un payaso, de bufón puedo ser de los mejores, pero tú, mujer de saldo esquinal, me dejas a brazo partido, manga por hombro, con el pene desteñido a besos, y la boca cosida a sablazos de pezonazos que das a ciegas porque no miras por donde vas.

Si me quieres, cómeme la boca y pégame un tiro; si así mi vida habrá, lo juro, doy fé, tenido sentido.
Si no te importo, cómeme la boca y pégame un tiro; si así mi muerte tendrá, lo juro doy fé, analgésico sentido, dolorosa razón pastosa para cobrar vida post-partida.
Si quieres morir por mí, déjame acercarme a ti en una noche fría. Verás como dos personas, saben abrir un mundo, donde no entran las moscas, sino las mariposas, y los capullos se quedan fuera, y de los gusanos no tenemos noticias. Déjame soñar contigo, mientras yazco despierto en tu pecho, o dormido en tus labios…