Por algo hay que empezar

El otro día, tío, te lo juro...voy...voy por la calle, por que iba a comprar el pan,  y voy a cruzar por un paso de cebra, cuando de repente...Pam...aparece, tío...

-¿El qué?

-Una cebra, joder, una puta cebra.

-¿Qué? ¿Una cebra, por la calle?

-Si tio...por la carretera, en un paso de cebra. Me apareció...así, de repente.

-Pff...estás loco. 

Guardan silencio mientras la voz del televisor se inmiscuye en la conversación. Están en una cafetería, sólo, media hora y un trayecto de doscientos metros les separa de la entrevista de trabajo que podría decidir sus vidas. Los dos tipos trajeados, continúan la conversación. 

-¿No me crees o qué?

-¿Ah pero que sigues con eso? 

-Te lo voy a contar, aunque no me creas. Se me aparece la cebra, de frente, y yo en el coche, acojonao. Apretaba el volante con todas mis fuerzas, y ni siquiera me daba cuenta...estaba...por una parte emocionado, por que una cebra se hubiese fijado en mí, pero por otra parte, pensé: ¿Qué cojones hace una cebra a las tres y media de la madrugada en Gran Vía?

-¿Qué? ¿Pero no has dicho que ibas a comprar el pan? ¿Compras el pan a las tres y media de la madrugada?


-Joder tío...eres la hostia, te estoy hablando de que se me aparece una cebra en la carretera, y tu te quedas con la gilipollez del pan. 


-¿Cuándo pasó eso, a ver? Si es que pasó...

-No lo sé tío, verás...la cebra....se me quedó mirando, de frente. Con esos ojos que tienen y todo el cuerpo lleno de rayas. Y me dijo que no podía pasar por ahí, que eso era un paso de cebras.

-¿Qué?- pregunta entre risas- Te estás quedando conmigo, tío...¿Una cebra que te habló? Ay dios...¿Y tu que hiciste?

-¿Qué voy a hacer tío?  Una jodida cebra me estaba diciendo que me volviera, ¿Y si se enterase que llevo toda mi vida pasando por ahí? 

-Joder tío...que chungo. Pero no me lo has dicho, ¿Qué hiciste?

-Pues le dije que lo entendía, y me giré para irme. Pero entonces...ella corrió, me agarró del cuello y me dijo...

-¿Qué? ¿Qué te dijo?

-Que los niños bonitos, no pagan dinero...y...algo sobre un barquero.

-Joder tío...Que mal rollo...

-Espero que no me afecte...no quiero volverme loco por haberme liado una noche con una cebra.

-En fin tío...lo que tu digas... Vamos a la entrevista, va, que ya es la hora. 

Los dos amigos, salen de la cafetería y se encaminan a paso ligero hacia el edificio donde se llevará a cabo el proceso de selección. Es una mole de hormigón enorme con una gran estructura acristalada y dos edificios anexos como alas complementarias. Es difícil no entrecerrar los ojos ante el brillo inmaculado de las baldosas. Cuando la secretaria les toma los datos, se sientan y esperan junto a otros candidatos.

Por fin le toca al señor que había visto la cebra. Abre la puerta, entra en el despacho, cierra tras él, y cuando mira al escritorio se queda paralizado. Allí está...la cebra...

Sentada frente a la mesa de madera lustrosa, sobre una silla de cuero con ruedas. Y al verle, su enorme boca se abre, armonizada con el arqueo simultáneo de sus pequeños ojos y sonríe. 

-Mira quien ha venido...si es la amparo aspirando a un trabajo. 

-No te rías de mí...no te creas superior por ser una cebra.

-Cállate y siéntate, nenaza. Que eres una nenaza.- le dice la cebra. 

-Tu no eres nadie para hablarme así- responde el tipo, y no puede evitar sollozar.

-Pero...pero...¿Estás llorando nena? Oh dios mío...si tenemos aquí a una verdadera gwendoline.

-Cállate....cállate- respondió el tipo aumentando la intensidad de su llanto. 

- Está bien...está bien...relájate hermoso, que tienes el trabajo.

-¿De verdad?- pregunta el aspirante.

-Por supuesto.- dice la cebra tendiéndole una pata. -Espero no haberme pasado...a veces soy un poco burra. 

-No se preocupe...usted para mí, siempre será una cebra. 

Y así fue como un tipo cualquiera, consiguió su primer trabajo. 


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
JAJAJAJAJA.... QUE IMAGINACIÓN BUENÍSIMO,

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