I
Ojalá no quieras, ni pretendas que te quiera;
busques en otros ojos la Mirada,
y encuentres bajo otras cejas lo que buscas.
Yo, hecho de errores, nacido en verso:
un renglón torcido,
construiré mientras tanto mi camino.
A Dios pido,
que ni por accidente te vuelva a ver.
Se quede, mi corazón en do sostenido,
si vuelven mis globos a verte;
me faltase el aire, y hasta la piel mía,
se volviera miserable.
Me desparramase por tu cara como fiera salvaje,
y en cada centímetro de tu rostro, deje anidada una duda;
y despertases a partir de entonces, cada día,
dudando si fui un sueño, o el producto,
de una vil locura.
Comentarios