Noche de difuntos

Voces voraces escucho en la noche,
la piel a trazos, el cuerpo a trozos.
Hordas de muertos vivientes feroces,
agitan sanguinolentas sus fauces,
infestos caminantes corren veloces,
bocas deslenguadas arrastran las tripas por la calle.

Destrozan, miserables,
cuanto hallan a su alcance.
Devoran inmisericordes,
con los ojos inyectados en sangre.

Depredadores, rapaces,
caminan en puro trance,
no hay alimento que los sacie.

Hay quien huye despavorido
y quien se esconde en cualquier parte.
Los gritos ascienden al cielo corrompido,
alaridos de pánico resuenan distantes.
Entran en las casas, rompen las ventanas
arrancan ropas, muerden, desgarran, resquebrajan la carne, la arrancan
de cuajo para alimentarse.

Son demasiados y nunca tienen bastante, el mundo se acaba
y yo alineando las balas
y sin poder olvidarte.

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