Viajes

El paso árido por la infancia,
el vacío alrededor.
Las ausencias sucedidas,
los destellos apagados,
quizás por todo,
tal vez por nada,
lleva desde la cuna
en los ojos, dividida,
la cara oculta de la
luna y su sombra partida.

Con los años aprendió a buscar,
la calidez de las manos marchitadas,
en rincones de polvo, en pieles rohídas
en noches en las que ni las estrellas
querían salir a bailar.
Con el tiempo aprendió a llorar hacia dentro,
a morirse de risa.
A enseñar los dientes
cuando se pone
de nalgas, la vida.
A sacar las uñas, en instantes
de agonía.

Se posa entre mis letras, a veces,
se fragmenta veloz,
en mil gestos, hasta que desaparece.
Un día me cogió la mano y se la llevó
al pecho,
"mira cómo late"
y yo noté sus sacudidas
como un jardìn inmenso,
bajo el peso de mil elefantes.

Comentarios

Lourdes Bna ha dicho que…
Me emociona mucho el poema, encuentras las palabras perfectas para describir los sentimientos <3

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