Danza
En sueños baila,
sobre el fantasma ovoide del dolor.
Apoya su carne, su alma, sus huesos,
sobre el vago rumor,
de la lengua feroz,
del dedo índice,
de su pie derecho, y gira,
en espiral.
sobre el fantasma ovoide del dolor.
Apoya su carne, su alma, sus huesos,
sobre el vago rumor,
de la lengua feroz,
del dedo índice,
de su pie derecho, y gira,
en espiral.
A veces imagina que en uno de esos giros
se funde con el aire y entra en combustión,
que su cuerpo se hace llama, inmensa,
llama que prende,
y arde
y quema,
el bestiario aterrador que anida su mente.
Luego abre los ojos,
antes de alzar los brazos,
y ve a las bestias, expectantes,
esperando verla caer,
y sepultarla para siempre.
Sabe que se ha enamorado
de la mortal danza de la vida
y solo encuentra aliento,
en el tormento,
de una nueva pesadilla.
A veces se mira al espejo
y en su imagen enferma imagina,
otro giro en espiral,
las puntas de los dedos hacia arriba,
una doble hélice de ADN helicoidal;
una cadena de palabras que muerden,
que caerán al vacío,
palabras que nunca dijo,
y que matan,
ahora que se muere.
se funde con el aire y entra en combustión,
que su cuerpo se hace llama, inmensa,
llama que prende,
y arde
y quema,
el bestiario aterrador que anida su mente.
Luego abre los ojos,
antes de alzar los brazos,
y ve a las bestias, expectantes,
esperando verla caer,
y sepultarla para siempre.
Sabe que se ha enamorado
de la mortal danza de la vida
y solo encuentra aliento,
en el tormento,
de una nueva pesadilla.
A veces se mira al espejo
y en su imagen enferma imagina,
otro giro en espiral,
las puntas de los dedos hacia arriba,
una doble hélice de ADN helicoidal;
una cadena de palabras que muerden,
que caerán al vacío,
palabras que nunca dijo,
y que matan,
ahora que se muere.
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