Ingravidez

Como la primera vez que me miraste,
y me dejaste,
suspendido en el vacío;
en el silencio afilado
de un pestañeo,
cayendo en el escalofrío de un recuerdo eterno,
ingravidez. 

Sobrevolar sombras y figuras,
libre del escarnio de la tierra,
del peso del teatro.
Ajeno a la palabra traicionera,
a la acusación ingrata,
al barro.
Sobrevolando el escenario,
entre nubes y latidos despejados,
lejos de la culpa y del prejuicio,
del ruido y del malfario. 

Ajeno a adversidades y adversarios, 
tomar tu mano y sonreír,
mirarte a los ojos y flotar,
sin dejar de caer:
ahí viene el mundo,
ingravidez.

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