La palabra

El agravio del tiempo en el camino,
a veces cruel cincel,
otras agradecido pincel:
siempre verso puro.

La arena deslizándose ineludible
en la pirámide,
mientras en la esfera
los copos de nieve
caen solemnes sin parar.
La pasajera estancia nuestra
en este todo,
capaz de sembrar sonrisas,
o de provocar tormentos.
La decisión, si acaso nuestra,
de ser la bala o el cobijo.

La traición de los minutos
pasando ajenos,
sin pedir permiso,
y nuestra infantil venganza,
escribir versos a la sombra
magnánime de esa belleza
que nos ilumina;
que nos hace pasar la vida
tratando de encontrar la palabra,
para llevárnosla con nosotros
escondida, de contrabando,
a la cara oculta de la luna.

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