Huellas



La fría coreograría de los días
que pasan,
poniéndose en fila desfilan
mientras desfibrilan
las colmenas de mi casa. 

La caricia sentida,
de las hojas en el aire, 
en el baile de despedida
que dibujan sus caídas:
La tarde arde, 
entre el ámbar y el ocre, 
mientras sus horas roen y carcomen,
la carne baldía, 
esculpiendo con arcilla, 
la silueta tibia de tu espalda,
alejándose, en la orilla. 

¿Cuál fue el último destello que aquel sol
innoble provocó en tus pupilas,
antes de que dejaran de verlas las mías?
¿Cuál de ellos es, el que decidió anidar en mi memoria? 

O si tal vez lo dibujo,
escribo y versifico,
ese encuentro idílico y lúdico,
impúdico y químico,
siendo en realidad solo,
un rumor mitológico.

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