Amor

La tarde naciendo en tus retinas,
pintándose en los tibios
girasoles de tus ojos:
cristalización soberbia del calor
que anida tu pecho.

Nos hallará el crepúsculo en brazos,
admirando cada arista solemne
de un sol salvaje
que dibujará nuestras sombras:
efímeros contornos,
en su reino inexorable.

Amor, 
liviana palabra
para tan inefable universo.
Sincronía,
con esta luz y sus destellos.
Armonía,
entre su esencia perpetua,
y el caduco latido nuestro.
Amor, 
cuato letras:
dos estrellas,
caídas del cielo.

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