A veces


La danza del tiempo y sus dispensas,
semilla de afán o de desgana,
germen de libertad o de condena.

A veces, 
la lágrima que cae
siempre obtusa:
paralela a la agonía,
perpendicular a la nostalgia. 
A menudo el dolor,
el hilo tendido,
desde la cuenca del ojo
hasta el marco astillado
de la puerta del laberinto.

A veces morir un rato,
en la tarde consumida
por el fruto prohibido;
la culpa intermitente,
la esperanza desmedida,
el verso contenido.

Otras el recuerdo desatado,
el latido y su tormenta,
el amanecer en tu sonrisa;
siempre desencadenado
poesía entre las cejas,
el árbol de la vida.

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