F

Desde el laberinto palpitante

del latido salvaje,

clamaba la palabra errante, 

flotando liviana 

hacia

el dedo insalvable 

que la señalase.

Mientras buscaban desesperados

en caminos perdidos

destinos frustrados:

ojos de espuma,

ansiaban encontrarla.


Se topan a menudo desnudos:

polvo de estrellas bajo un cielo de luto.

Ansiosos por hallar la salida

a tan miserable nudo:

si esa es la frase o el verbo,

si es este el lugar o el modo.

Hasta que en el corazón hambriento,

el verso puro

como un alarido sordo 

resuena.


La poesía y el arte

de hilar suspiros;

de parar el tiempo y doblar campanas,

liberando la palabra exacta

en el momento justo.

Los poetas que se fueron,

los mundos que trazaron

la frecuencia eterna.

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