Am●r


Supera como una monstruosa ola
los márgenes de la arena.
Rompe, cubre, erosiona,
las angulosas facciones de las rocas.
Inclina, somete, destroza,
el paso inexorable de las horas.

Desprecia los esquemas.
Fluye salvaje,
sobre excusas y razones.
Besa y muerde
como la vida.
Puro en su doctrina,
ineludible como la muerte.

No entiende de tiempos ni fronteras,
no conoce convencionalismos ni quimeras.
No es más que el idioma de dos locos, viviendo el sueño de la eternidad
de una mirada:
una revolución esencial,
una convulsión nuclear,
una imperdonable frivolidad.

Comentarios

Entradas populares