Caminos
A veces, transita por allí una paloma en picado, dejándose caer, y al momento un rayo de sol la conduce de la mano a la tierra húmeda de lluvia fresca.
Desde la almena mira los verdes campos que se agitan bajo la leve caricia de un viento otoñal. Y desde allí, justo antes de bajar el escalón, observa una niña señalando inquieta las agujas delatoras de un reloj y al poco se descubre sonriendo.
Desde la almena mira los verdes campos que se agitan bajo la leve caricia de un viento otoñal. Y desde allí, justo antes de bajar el escalón, observa una niña señalando inquieta las agujas delatoras de un reloj y al poco se descubre sonriendo.
Nota ese brillo en sus ojos; la eclosión del descubrimiento, la llama intensa de las dudas donde se forjaban lentamente las respuestas.
La vida se ha elevado, intensa y poderosa
sobre adoquines de barro y piedras preciosas. Entre rejas de hierro y galerías de luz, en grandes salones diáfanos y sobre delirantes mazmorras oscuras.
La vida se ha erigido después de todo, a pesar de todo.
Extendió el brazo, plantó la mano en el vientre de piedra del muro y leyó con la yema de los dedos cada grieta que surcaba su superficie, todas y cada una de ellas contaban una historia. Por un momento notó un súbito sobresalto, un intenso rubor ascendiendo por sus mejillas, la niña la estaba mirando.
La vida se ha elevado, intensa y poderosa
sobre adoquines de barro y piedras preciosas. Entre rejas de hierro y galerías de luz, en grandes salones diáfanos y sobre delirantes mazmorras oscuras.
La vida se ha erigido después de todo, a pesar de todo.
Extendió el brazo, plantó la mano en el vientre de piedra del muro y leyó con la yema de los dedos cada grieta que surcaba su superficie, todas y cada una de ellas contaban una historia. Por un momento notó un súbito sobresalto, un intenso rubor ascendiendo por sus mejillas, la niña la estaba mirando.
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